sábado, 13 de agosto de 2016

Salgo a caminar. Salgo porque me siento sola, llamo a amigas y no contestan. Salgo sola. Llego a la plaza, fumo un cigarrillo. Todos están acompañados, parejas riéndose, chicos jugando a la pelota, otros fuman porro, otros se besan. Yo soy la única que está sola.
Duro diez minutos, nunca fui buena en situaciones de vulnerabilidad. Prefiero tenerlas en mi cuarto, segura de que nadie me va a ver entristecer.
Salgo de la plaza y camino por Virrey Liniers hacia San Juan. Mi casa queda para el otro lado. Pero sé que si voy por ahí no me voy a encontrar a ningún vecino y me voy a poder fumar otro cigarrillo en paz. Ayer a la noche fumé veinte, hoy a la tarde sólo dos. Creo que soy fumadora nocturna, lo disfruto más cuando la luz se va y el sol no quema.
Paso por al lado de dos personas de la calle. Discuten. Tienen olor a alcohol, ese alcohol barato que uno toma a los catorce años porque tu mamá te da treinta pesos para salir y no podés tomar otra cosa. Es desagradable. Tener catorce años lo es.
Cruzo y un policía en un auto me deja pasar. Me enfeliece (adj. feliz. invent.). No sé porqué. Quizás porque es el primero al que sonrío en todo un día. Sigo caminando y me resvalo mientras cruzaba en amarillo. ¿Me habrá visto alguien? Me da vergüenza cuando alguien me ve resbalar. Devuelta la vulnerabilidad. Cabeza rota. No mires a nadie a los ojos. Ya va a pasar.
Me faltan dos cuadras y pienso que no voy a recordar qué escribir, debería haber traído un cuaderno, la inspiración tiene que ser retratada en el momento. Es efímera y todo lo que suceda después va a ser una burda copia de ese momento. Ésto es una burda copia. Así que no se alteren. Trato de memorizar lo más que puedo.
Finalmente llego a mi casa, es el momento de escribir. La computadora es una enemiga, me seduce con sus infinitas posibilidades, y ninguna acaba en la imaginación. Tengo que ser fuerte, no puede perderme en ella.
Finalmente, acabo. Es una mierda. Andá al bosque y perdete. Encontrá ese pedazo de paz que te hace falta y escribí. Finalmente es lo único que tengo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario